Tú y yo hemos hablado infinito del tiempo. De la falta que hace, de lo rápido que pasa, de sus ritmos, de lo que nos quita y de lo que nos da. Te escribí en tu carta el poder que tiene. Y ahora te escribo lo bien que lo aprovechas.
Incluso a través de una pantalla, es un honor verte crecer día tras día. Tus reflexiones, tu forma de hablar, tus pensamientos, todo lo que me llega de ti, es cada vez más maduro y demuestra más experiencia. Todo lo que pasa por ti, cada vez, va convirtiéndose en una idea humana, razonable, cálida y adulta, pero sobre todo extraordinaria.
Son dieciocho años ya, y sólo he sido testigo del último. Sí, te escribí en tu carta el poder del tiempo. Muy pocos saben aliarse con él. Pero tú, saltamontes, debes de ser su maldita mano derecha... Con lo que tardé yo en pensar como tú, en llegar a tus conclusiones, y en tener el valor y la fuerza de, al final, convencerme de que siempre hay un lado positivo, razones para seguir y apuntar bien alto... Qué jodido es. Y qué increíble resulta que tú lo hagas SIEMPRE.
Dieciocho años de aprendizaje, de camino empedrado y cuesta arriba, y esto no ha hecho más que empezar a ponerse interesante. Siempre he pensado que la vida le pone las pruebas más difíciles a los más fuertes. Y tu historia tiene de sencilla lo que yo de bailarina de clásico. Por nada del mundo me pierdo tu proyecto persona. De los mejores que me he encontrado en mi vida.
Maybe sometimes we've got it wrong, but it's alright.
The more things seem to change, the more the stay the same...
You're gonna find yourself someway, somehow.
Nunca olvidaré el día que me dedicaste Iris en la radio. El tío incapaz de pronunciar captain cupcake, y a mí me la churra porque no puedo dejar de sonreír, con lo que me suele enervar el tema del inglés. En ese momento me di cuenta de lo que valías. Y en realidad no tenía ni idea de que ibas a seguir sorprendiéndome día tras día.
Estoy contigo y te quiero. En ninguno de los dos casos tengo elección; es de las pocas veces que no soy libre y no es una carga, sino una bendición del cielo. Eres un ángel Mónica, y te lo tienes que creer.
Mi cielo, ten claro que junto mis próximos años a los tuyos, que te acompaño a partir de ahora en tu camino, tiremos hacia donde tiremos, y que voy a ser tu trampolín, de la misma forma en que tu eres el mío.
Estoy contigo y te quiero. En ninguno de los dos casos tengo elección; es de las pocas veces que no soy libre y no es una carga, sino una bendición del cielo. Eres un ángel Mónica, y te lo tienes que creer.
Mi cielo, ten claro que junto mis próximos años a los tuyos, que te acompaño a partir de ahora en tu camino, tiremos hacia donde tiremos, y que voy a ser tu trampolín, de la misma forma en que tu eres el mío.
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