jueves, 5 de julio de 2018

¿Dónde están mis certezas?


¿Dónde están mis certezas?
¿Dónde está todo aquello que sabía que no sabía?
Ya no sé.
Desde su sonrisa torcida ya no sé, ni sabré.

Me siento estresada y nerviosa en esta paz.
O sea que estoy todavía más estresada que antes, porque antes había incertidumbre, había posibilidades, había inquietud.
Y ahora estoy inquieta porque ya no tengo inquietud, porque ya no me hace falta tenerla.

Se supone que lo tengo todo y esta sensación de plenitud es capaz de agobiarme.
Ni siquiera tengo la sensación de haberme equivocado porque ni siquiera elegí esto.
Todo esto llegó, pasó y punto, yo no decidí, yo no pensé, yo no actué.
Yo vi cómo pasaba y acepté mi vida y acepté mi suerte.
Porque se supone que esto es suerte.
No dudo de que lo sea.
Pero mentiría si dijera que no me abruma.

Estoy bloqueada en una nueva zona de confort.
Esta nueva zona de confort se llama “la vida que todo el mundo debería tener”.
Pero, ¿a dónde iba yo?
Yo estaba yendo a algún sitio… ¿Dónde era?

Cuando pones en la balanza comodidad y retos, ¿qué pesa más?
Que viene a ser lo mismo que decir, ¿de qué lado está la felicidad?


Tiny vessels oozed into your neck
And formed the bruises,
That you said you didn't want to fade,
But they did and so did I that day

Proyección 3, 2, 1

Ella-Él

Ella siempre ataca lo que digo o hago, lo cuestiona, duda de mi voluntad y de mi capacidad. Cuando muestro mi intención de hacer alguna cosa llegan sus preguntas o comentarios, poniéndome en entredicho. No confía en que vaya a conseguirlo, y siempre usa ese tono de voz soberbio que no soporto. Tengo sus palabras grabadas en mi cabeza: "¡vaga, vaga!".
No lo soporto.


- ¿Quién eres?
- Soy quien te ha creado, quien te ha enseñado el mundo y por tanto quien mejor te conoce, y puedo tomarme siempre la libertad de juzgarte y aleccionarte, así como de ignorarte e incluso tratarte mal.
- ¿Por qué crees eso? ¿Acaso no soy yo mi "dueña"?
- Puede ser, pero dime tú: ¿soy yo "dueña" de mí misma? Porque yo creo que no. Entonces, si yo no me tengo a mí, ¿qué vida es mía? ¿Qué vida vivo, si la mía no es mía? Por eso trato de atrapar tu vida, porque yo no tengo una consagrada a mis sueños y a mis metas, y necesito perseguirlos de alguna forma.
- Pero ni siquiera me has preguntado, has aprovechado tenerme desde mi vulnerabilidad, y estás perpetuando el mal que te has/han hecho. ¿Te sientes orgullosa de esto? ¿Eres feliz dudando de mí mientras que tratas de dirigirme?
- Claro que no, me siento desgraciada, pero a estas alturas dime tú, ¿cómo me enfrento yo a mi vida ahora, cómo tomo sus riendas, si no sé ni quién las tiene? ¿A quién se las he dado? ¿A cuántos y cuántas? ¿Y qué sueños son esos para los que no tengo vida que consagrar? ¿Qué metas son esas? ¿Cómo me encuentro yo ahora, tras tanto tiempo perdida? Dímelo, de verdad: ¿cómo miro yo a la vida a la cara ahora?

Yo

Yo trato de imponerme lo que debo hacer en la vida, me guste o no.
Yo me juzgo, yo me cuestiono, yo dudo de mí, yo no confío en mí.
Yo trato de vivir otras vidas, según el impulso que sienta en el momento, porque no me gusta la mía, porque no vivo la mía.
Yo siento envidia, siento frustración y siento disgusto por abandonarme y odiarme por ello.
Yo consagro mi vida a otros, o eso creo, cuando en realidad proyecto lo que querría, y ese altruismo no es más que una falsa ilusión, ya que egoístamente intento apropiarme de otros sentires, de otras plenitudes, de otras luces.
Soy un constante tropiezo con mis equivocaciones pasadas y no me perdono haber elegido un camino que no era para mí, y arrastro a todo lo que ha tenido la mala suerte de quererme.
Soy yo quien se maltrata, y proyecto esa sensación en los demás, ya que esta realidad es mucho más fácil de aceptar. 


Cuando algo o alguien te haga sentir mal, este proceso de fuera hacia dentro ayuda a identificar qué crees que otras personas hacen que en realidad te haces a ti mismo.

viernes, 29 de junio de 2018

Tenía que decirlo: Justificar nuestra existencia


Me he dado una vuelta por Facebook después de un tiempo (semanas, un par de meses quizás) sin redes sociales. He sentido vergüenza ajena de lo que había en mi muro, pero eso no me ha chocado. Lo que me ha chocado es la sensación que he tenido, pensando: pero ¿para qué hacemos esto? Me ha parecido absurdo.

Quizás estoy demasiado repelente, demasiado anárquica. Muy rebelde contra esta sociedad. Cada vez me doy más cuenta de que no me gusta nada. Se están tambaleando los cimientos de mis “ideologías”, y hay ciertas cosas que antes no me importaban porque no les prestaba atención, pero que ahora llegan a tocarme la fibra.

¿Cuánto se pierde una persona para que un espacio virtual superficialmente humanizado se convierta en un refugio? ¿En qué momento hemos decidido que eso sustituye nuestra esencia? Ya no hay filtro para acciones y reacciones: todo se ve y a todo se responde. Todo el rato hay que saberlo todo y decir lo que sea al respecto para ser alguien. Si no te formas no eres nadie, pero si te formaste y no lo sigues haciendo tampoco vale, si no demuestras curiosidad y si no hablas, no vales. Digas lo que digas, lo importante es que se note que estás, y que todo el mundo sepa que estás haciendo muchas cosas, porque se supone que es lo que hay que hacer.

Trabajo, estudios, trabajo y estudios, cursos, gimnasio, talleres, idiomas, más cursos, un máster, otro máster, otra carrera, mientras trabajas, o no, pero demuestra, demuestra, demuestra, porque te estamos vigilando, danos explicaciones. ¿Qué estás haciendo, en qué estás pensando? ¿De verdad no estás haciendo nada?

¿No vas a estudiar más? ¿No vas a seguir buscando trabajo, aunque ya tengas uno? ¿No has visto la nueva serie de moda? ¿No haces deporte? ¿No vas al gimnasio? ¿Tres idiomas, solamente? ¿Qué has hecho el fin de semana? ¿Te has leído este libro? ¿Cuántos países has visitado? ¿Sólo? Etc.

Haz, haz, haz. HAZ. Lo que sea, pero no te estés quieto.

Qué pereza.
Si algún curso merece la pena, en mi opinión, es de mindfulness.
Si algún libro merece la pena, es sobre budismo y estar presente.

¿De qué nos sirve hacer, hacer y hacer, si no estamos? ¿Acaso eres consciente de lo que sientes? ¿Acaso has destapado todas las emociones que tienes acumuladas? ¿Acaso te importa la gente, te importa el mundo que te rodea? La idea está equivocada. Hacer y hacer, el carpe diem, no es estar ni es sentir. Moverte porque sí, exprimir tu tiempo hasta el último segundo disponible no es vivir. No nos sirve el CV más largo del mundo, ni una lista interminable de experiencias, ni visitar todos los rincones de la Tierra, si el objetivo es usarlo para contarlo. Porque, seamos sinceros, ¿quién se para a pensar si de verdad quiere y siente la necesidad de hacer una cosa? ¿Quién no va a tal sitio porque se lo recomiendan, o hace tal curso por lo mismo? ¿Cuántos piensan en lo que quieren de verdad y lo viven?

¿Cómo vamos a estar atentos a lo que pasa en nuestro cuerpo y en nuestra mente si no paramos?

Todo por justificar nuestra existencia. Creo que tenemos la idea de que son las cosas que hacemos las que nos dotan de esencia, y si en algo me han insistido últimamente es en que somos porque sentimos. Existimos porque sentimos, no porque hacemos, ni siquiera porque pensamos, tal y como decía Descartes. Haciendo nada, sentados, "viendo el tiempo pasar" y levantando las heridas de esos del carpe diem... Nuestro cuerpo siente y vive, equilibrando al universo. 

Sintamos, y a partir de ahí, dejemos ser a todo lo demás.


martes, 15 de mayo de 2018

Me encanta verte triste

Me encanta verte triste.

Me encanta verte jodida.

Cuando estoy a tu lado mientras lloras y me cuentas que estás hasta el coño de sentirte frustrada y de abandonarte al curso impuesto de tu vida. 

Me encanta ser testigo de esa humanidad, de esa capacidad innata que tienes para no dejar de luchar jamás. Me encanta ver cómo has caído y preparas tu redención, para levantarte unos centímetros más alta cada vez. Es que tienes la tristeza más sincera que he visto nunca. Cuando estás así, destrozada, y me dices que te sientes arrasada, yo te veo como la mujer más fuerte y más valiente del mundo: imparable. 


Esa falacia del "no llores, que te pones fea", "no quiero verte triste", "no vale la pena llorar"... Qué necedades. Qué mentiras. En esa pena has gestado las proezas más bellas que he visto, con ese impulso que siempre te han dado las heridas curadas y las lecciones aprendidas. Pobre del que obstaculice tu camino...


Nunca has sido tan tú, con esas lágrimas cayendo a borbotones, liberando emociones. Cuando tus ojos están rojos e hinchados, cuando te has vaciado de toda la mierda que te quemaba y has vencido, como la diosa que eres. 


Cuando lloras eres tú.

Y siendo tú yo te quiero mucho más. Es la única forma cierta en que te puedo querer. 




'Cause I've been scared of crowded places
Come with me,
I'll take you home.

Crowded places - BANKS