sábado, 21 de noviembre de 2015

"It's always darkest before the dawn."




Yo nunca perdí la esperanza. Mi hada madrina me enseñó a balancearme suavemente en la incertidumbre. "Deja que la incomodidad te meza y te lleve donde, sin saberlo, tú quieres estar".

A mí nadie me dijo que te pueden crecer alas en la espalda. 

A mí nadie me dijo que la amargura terminaba repartiendo caramelos a la salida. 

A mí nadie me dijo que a ti te duele a veces tanto como a mí. O más.  

A mí nadie me dijo que nacían ángeles en la Tierra. 

Y nadie me dijo que sólo se ama de verdad a un buen corazón. 

Nadie me lo dijo nunca, pero lo descubrí.  Igual que lo descubrimos todos. El secreto mejor guardado de la vida es ella misma: su esencia. 

Y es que es cierto, vida es desde que naces hasta que mueres, pero también es ese instante en el que el corazón te ha latido un poco más fuerte. 

Vida también fue cuando él o ella te miró.  

Cuando un ejemplo de vida te decepcionó. 

Cuando el cáncer te partió el alma. 

Y cuando tú solito la arreglaste.

Aún no sé qué significa exactamente, y puede que nunca lo llegue a saber, pero sí sé que me levanto orgullosa. Orgullosa de verlo así y de que me mueva el espíritu, de sentirme feliz sólo por saber que existe otra realidad. Mi realidad. Yo elijo cómo tomarme las cosas, y elijo que esto es la vida: saberlo es la vida. Ver es vida, si viendo amas. Y amar es vida. 

Amar... Es vida.