Por estar cada uno donde tenemos y queremos
estar, este 28 de agosto andamos todos en un lugar diferente. Y quién diría que
el responsable trabajador sería Geni…
(Pues quien no te conoce bien, por supuesto). Ni mamá ni yo podemos darte un
abrazo, ni tú a papá puedes intentar darle un apretón de manos, ni yo puedo
darle uno de los dos besos que papá me deja darle por año; de nuevo, no
podemos ni comer ni cenar los 4 juntos el día de vuestro cumpleaños.
Sin embargo puede que nunca hayamos estado tan unidos. Se nos notan a todos los años ya, y la madurez nos ha traído la conexión que creo antes nos faltaba; ahora nos puede separar el Atlántico, otra vez, y jamás me he sentido tan cerca de vosotros.
Sin embargo puede que nunca hayamos estado tan unidos. Se nos notan a todos los años ya, y la madurez nos ha traído la conexión que creo antes nos faltaba; ahora nos puede separar el Atlántico, otra vez, y jamás me he sentido tan cerca de vosotros.
Lo dije el año pasado, lo vuelvo a decir, y
lo seguiré diciendo siempre: mis Genis, mi padre y mi hermano, sois los
hombres de mi vida. Cada día, hacéis reír a cualquiera que os crucéis. Cada día que pasa
y que nos hace crecer aprecio más cómo sois, lo que sois, y cómo dejáis
una huella en el mundo de la que toda persona debería ser testigo. Cada día. Papá en silencio y tú a grito
pelado hacéis que todo el maldito planeta recuerde un apellido: De Grado.
Aquí ya no sé cuántas veces he tenido que decirlo
y deletrearlo: - Votre nom de famille?
+ De Grado, D-E-(espace)-G-R-A-D-O. Y
que esté bien escrito y bien clarito. Pertenezco a esta familia que estos dos
hombres engrandecen cada día (familia
que no sería nada sin los ROMERO, obviamente).
Puede que todas estas palabras suenen
soberbias y orgullosas, pero perdonádmelo (o ajo y agua): me es imposible no hablar así de mi
familia, sobre todo estando tan lejos, e incluso más en este día, 28 de agosto.
No es casualidad que mi padre y mi hermano nacieran el mismo día, no lo es en
absoluto. Para mí desde luego no lo es: dos Eugenios, dos 28s de agosto, dos
ingenieros de minas, un regalo. En 1958 y en 1989, ese día el regalo fuisteis
vosotros. Desde entonces lo seguís siendo los otros 364 días. Cada día.
Tú y papá, cada uno a su manera en medios
pero llegando al mismo fin, os convertís cada
día en un ejemplo a seguir. Simplemente, sois dos personas que sé que nunca
me vais a decepcionar. Y en un mundo muchas veces tan carente de esperanzas,
vosotros para mí sois fe. Sois ese: “Joder,
qué dura es la vida, pero cómo merece la pena.”
Lo que me siento capaz de hacer por vosotros,
lo que daría por vosotros y lo que le haría a quien os ha hecho u os haga daño no puedo
explicarlo con palabras porque no las hay. Y cada día es más difícil porque cada
día os quiero más y más. Y más.
En realidad no hace falta que sea 28 de
agosto para saber esto, para recordar esto, para sentir esto (de hecho aquí aún
es 27). Ni hace falta irse a Montréal para descubrirlo. El caso es que hoy es
28 de agosto, yo estoy en Montréal y siento todo esto, aunque, en el fondo, sólo
quería decir: feliz cumpleaños papá,
feliz cumpleaños hermano; os echo de menos y os quiero con todo mi corazón,
cada día.
(No es su cumple, pero a mi mamá también la echo de menos y la quiero con todo mi corazón cada día.)
(No es su cumple, pero a mi mamá también la echo de menos y la quiero con todo mi corazón cada día.)
Ésta por mi hermano:
You deserve real love.
Tears in the rain - The Weeknd
Y ésta por mi papá:
You, soft and only.
You, lost and lonely.
You, strange as angels,
dancing in the deepest oceans, twisting in the water,
you're just like a dream.
Just like heaven - The Cure